REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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El Padre nos bendice en su hijo

… “Y una voz se hizo oír desde la nube que dijo: Este es Mí Hijo, el Amado, en quien me complazco; escuchadlo a Él “… (Mt 15, 5)
domingo, 25 de febrero de 2018
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La Transfiguración de Jesús en el monte, no fue un acto de ostentación, sino necesario, previsto por Dios Padre para que los discípulos y las generaciones de cada siglo, robustecieran la fe en su Hijo, vivificando la confianza en su Hijo y reconfortando a los discípulos en el dolor que vivirá su corazón al verlo crucificado, entendiendo la enseñanza del Padre: …antes de seguir a Cristo Mí Hijo, el Amado en su gloria, pasa la prueba de está vida... Dios bendice cada alma que a través de los siglos han venido y continuaran arribando por deseo divino al mundo, habiendo recibido de Él su bendición desde el primer instante de la creación del mundo y el universo, cuando Dios crea el planeta tierra, este recibe su bendición y gracia, con ello los medios suficientes, ser el lugar adecuado destinado por su divinidad, para que el ser humano pase un tiempo corto de su existencia, en ella nacerá, crecerá y se desarrollara; en ella mostrará a su Creador frutos de fidelidad y obediencia; en ella morirá su cuerpo, y su alma tomará el camino que por voluntad escogió, teniendo presente, que estamos de paso por este mundo, y de acuerdo a la conducta que se llevó en la vida terrena, se ganará para el alma la salvación o la perdición, el resultado de una y otra circunstancia será para toda la eternidad.

La misericordia Divina es promesa cumplida, no es como la humana, que en infinidad de casos se dice ser compasivo, pero a la hora de los hechos se niega, sabiendo que se perjudica la propia alma eludiendo al prójimo dar la comprensión en palabra o en obra, así es la conducta humana, se actúa con hostilidad consiente a pesar de que se sabe que Dios desea la comprensión del necesitado y la conversión del pecador; las almas de santidad del Señor reciben los medios para conservarse en gracia, Dios a buenos y malos otorga los caminos a obtener la espiritualidad, en los primeros es luchar por conservarse en estado de gracia, los segundos en nada se pueden beneficiar porque apartados de la luz que Dios concede a las almas por el Espíritu Santo, se rechaza la mano misericordiosa del Señor, no obstante, Dios mantiene su promesa, a todos bendice cada día, sin que se perciba al despertar cada mañana, está su presencia cuando cae sobre sus ojos la luz del día, mas no se valora las gracias que se reciben, viene la pregunta ¿Merecemos lo que Dios nos concede? Al Señor no le afecta los actos malos, impulsa a ser buenos, aunque se tarde en llegar a ello; los buenos siempre será gozo en Él y dará más para gozarlos más; el Señor permanece al lado del alma en cada latido del corazón, aunque el ser humano se haga el ignorante, eluda pensar en esos bienes y de mayor interés a sus cosas personales, en fin, lo que a cada persona es importante, no lo agradece a Dios, menos recuerda los bienes recibidos, aun así, Dios bendice aunque el hijo ingrato no sea agradecido, y no cumpla su obligación de: …”Amar y servir a Dios en esta vida “ … Dios cumple su promesa.


Reza el Genesis: …” Al principio creó Dios el cielo y la tierra[.]Creo, pues, Dios al hombre a su imagen[.]Y los bendijo Dios (Adán y Eva) y dijoles; Procread y multiplicaos, y henchid la tierra, y sojuzgarla y dominad “… Sobre ello estimado (a) lector (a), antes de la obra de la creación, como todas las que Dios a realizado y continuará obrando, llevan la señal de su perfección, y todas, al iniciar la causa por las que fueron creadas, son bendecidas por Dios, la humanidad despreciando a su Creador las modifica, esto no quiere decir que la bendición de Dios no surtió el efecto que Él esperaba, el ser humano pierde la gracia por su propia voluntad, y con ella el efecto de la gracia que es la bendición de Dios, si tuviera la humildad de ver la razón de su error, recapacitaría clamando la misericordia de Dios, y pediría una nueva oportunidad para recuperarla; en el Señor, lo importante es la salvación del alma, pero en las cosas del mundo, son los bienes materiales, personales o de pecado, es para que el pecador bendecido por Dios, recapacite de corazón el abandono de su bondad.
Veamos a Cristo Nuestro Señor en las humillaciones de su flagelación y su pasión, su crucifixión y muerte santísima, recordemos de cada acto, lo que sufrió y padeció por vuestra salvación, vienen a la memoria los milagros que solo Él puede realizar, la enseñanza de su doctrina y el cumplimiento de sus mandamientos, sus predicaciones a las muchedumbres, los continuos momentos en que demostró su divinidad de Hijo de Dios a sus enemigos y estos lo rechazaron, todas tienen el resplandor de su majestad, así fue para que sus discípulos conocieran la realeza de su Maestro en la Transfiguración; valoremos, cada una es obra de misericordia en la que el Padre nos bendice en su Hijo.

A nuestra mísera debilidad, reclama la conciencia para bien nuestro el socorro de la gracia, que conserva alma y cuerpo en virtud y perfección; la práctica de las virtudes teologales son para el alma justa, buena y prudente, la vía inspiradora a obrar con justicia; para mantenerla hasta alcanzar la vital vida de santidad a que todo ser humano tiene derecho obtener, y a nadie esta negada vivirla, ganarla y conquistarla; muchos, creen que es encerrarse en la Iglesia, si así fuera seria bien, porque en ella encontraría el camino para superar sus problemas, pero las oraciones son causa molestia, ¡claro! El demonio mete está falsa idea, por eso se imaginan muchas cosas que no proceden, solo hablan y desprecian, es una falsa justificación, porque quien va a la Iglesia y reza, busca la intimidad de su alma a Jesús en el Sagrario, pero la conciencia del incrédulo, no la puede callar; …mira, lo importante es tener temple para sortear toda incitación y seducción, por ello, obra el bien y evita el mal, ama a Dios de palabra, obra y pensamiento, cumpliendo tus obligaciones de cristiano católico, armoniza tus actos a sus mandamientos, conviértelos en guía de tu conducta y comportamiento, haciendo de la oración el camino para la perfección de tu alma, entonces el Padre no cesara en concederte la bendición que te fortalecerá… San Pedro refiriéndose a los bienes bendición del Padre dice; …”Por medio de los cuales nos han sido obsequiados los preciosos y grandísimos bienes prometidos para que merced a ellos llegaseis a ser participes de la naturaleza Divina, huyendo de la corrupción del mundo que vive en concupiscencias” … Esto y más es necesario al cristiano católico para este tiempo de cuaresma; cuarenta días de ayuno, con ello quiso el Señor padecer como hombre el agobio del hambre para enseñarnos a dominar el cuerpo ante las tentaciones que a diario acechan y vencerlas como Él lo hizo.

Pero hay un ser humano que cuando se le pide un mínimo sacrificio, si así se puede llamar al ayuno de dos veces en cuarenta días, su alejamiento de Dios lo hace rechazar ese mínimo esfuerzo, como lo hace con todo bien del alma: ese es el incrédulo, que cuando le dan a conocer lo que ha de realizar para su salvación, molesto hace surgir de corazón la dureza, obstinado se atreve decir; … ¡Demasiada fantasía! …Es de lamentar situaciones de personas que se niegan a creer lo referente a Dios, pero eso sí, en las del mundo dan opiniones acertadas, no corrigen errores humanos sino que los justifican, pero al hablarles de la doctrina y mandamientos de Jesús se enciende su temperamento manipulado por su incredulidad y no escucha que el destino del ser humano, se realiza por obra del Espíritu Santo, al que no ve, y cree existe, pero su negación no se lo permite ver, menos pensar en Él porque vacío de la fe, debiera poner atención, ya que por la redención de Nuestro Señor Jesucristo somos hijos de Dios, como él incrédulo es de su humanidad Santísima, dice San Bernardo de Claraval; …” Dios permite que la concupiscencia viva todavía en nosotros y nos afilia profundamente para humillarnos a fin de que conociendo lo que la gracia nos proporciona, nos hallemos inclinados a pedírsela sin cesar “ …Por eso ir al Padre que bendice al pecador en su Hijo.


Sean las fatigas, el dolor y las penas que en la vida fustigan y aguijonean el alma y el corazón, así como al cuerpo, que para superarlas es tener el aliciente y el estímulo de llevar los sentidos a pensar en la gloria que Dios concede a las almas fieles, humildes y caritativas; pensar en la inmensidad de esa gloria que de Dios es promesa, así es la Transfiguración de Jesús, gozo de ver el hecho glorioso que Pedro, Santiago y Juan fascinados por el embeleso de lo que estaba a su vista, contemplan comó es la presencia de Jesús en la gloria de la divina claridad, sea motivación para el cristiano católico, reza el Evangelio;…” Seis días después, Jesús tomó a Pedro, Santiago y Juan su hermano, y los llevó aparte sobre un alto monte “… Los seis días a que se refiere es cuando camino de Jerusalén dio a conocer a sus discípulos cómo será su muerte por tercera ocasión; …” He aquí que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y escribas, y lo condenaran a muerte.

Y lo entregaran a los gentiles, para que lo escarnezcan, lo azoten y lo crucifiquen, pero al tercer día resucitará “…Cuanta es la paternidad de Jesús, el amor y respeto, consideración y delicadeza hacia sus discípulos, manifestarse de cómo vive en la gloria eterna, así fue porque conoce las turbaciones de tristeza que vendrán en ellos a su partida, porque todo pueden imaginarse, menos que vaya a morir; sabe que al suceder se sentirán tan agobiados que puede desmoronarse la obra apostólica que va encomendarles y todo lo que por obra de Dios estará en sus manos realizar; sabe Jesús el escandalo que su muerte causará en su corazón, no apreció en ellos gozo cuando dijo que después de morir a los tres días resucitara, por eso quiso lo vieran transformado, y quedar en su interior un rasgo de su gloria y majestad como es en el cielo.


Los admitidos fueron Pedro, Santiago y Juan, quienes han asistido con su Maestro a la resurrección de la hija de Jairo, y el hijo de la viuda de Naím, van con Jesús creyendo irían a orar como era costumbre, se quedarían un poco atrás, escuchando la voz del Maestro, al que no lo pueden ver porque la oscuridad era total, lo que pudieron vieron es semejante al amanecer que gradualmente se va haciendo claridad, así ellos, en la oscuridad fueron apareciendo el resplandor de los personajes que están con su Señor, va teniendo una lucidez hasta quedar en total claridad, impactados por ello, dice el evangelista; … “Y se transfiguró delante de ellos: resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.

Y he ahí que se les aparecieron Moisés y Elías, que hablaban con Él “… De ello dice San Juan Crisóstomo; …” Jesús se transfiguró en su presencia y también Moisés y Elías aparecieron transfigurados.

Los judíos acusaron constantemente a Jesús como blasfemador, transgresor de la ley y usurpador de la gloria del Padre. Pero ahora, para que su inocencia sea reconocida, hace comparecer a dos que dan testimonio de Él: Moisés, que dio la ley, y Elías que fue uno de los mas fervientes defensores de la gloria de Dios “…La gloria de la divinidad resplandece en el rostro de Cristo, mientras el Padre manifiesta a los apóstoles que se encuentran embelesados para que escuchándolo se dispongan a vivir con Él el momento doloroso de la Pasión, y llegar con Él en la alegría de la Resurrección a una vida transfigurada por el Espíritu Santo.

A ese momento quedaron absortos y admirados por lo que veían, más fue San Pedro, sobreponiéndose de la impresión, desea se conserve el mayor tiempo posible el esplendor que los mantiene extasiados, Pedro vence el miedo que en principio sintió y con palabras comprensivas toma la palabra, vino en él la confianza de prolongar, no por un rato, sino para siempre, dice el evangelista; … “Entonces, Pedro habló y dijo a Jesús: Señor, bueno es que nos quedemos aquí.

Si quieres, levantaré aquí tres tiendas, una para Ti, una para Moisés, y otra para Elías “… El Padre sabe lo que sucederá, conoce cada palabra que pronunciará, deja que hable Pedro sus deseos.


¿Interrumpiría San pedro con sus palabras la reunión del Señor con Moisés y Elías? Dice San Marcos se apreciaba estaban para despedirse, quizá eso motivo a Pedro pedir permiso a Jesús de poner esas casas que propuso, dice el Evangelista; … “ No había terminado de hablar cuando una nube luminosa vino a cubrirlos, y una voz se hizo oír desde la nube que dijo : Este es mi Hijo el Amado, en quien me complazco; escuchadlo a Él “ … La acción fue sorpresiva, deja a Pedro con las palabras en el aire, al verse envueltos en un instante cortísimo en una nube, que perdieron noción de todo, pero se impone la voz, que escucho Santiago en el Jordán cuando Jesús fue bautizado por Juan, en el mismo mensaje que da entender donde está el camino de salvación: ¡En Jesús! Refiriéndose al mandato divino, ilustran San Hilario y San Remigio; …” Este es contemplar en la eternidad la gloria de la divina claridad de Mí Hijo, el Amado [.]Escuchadle: decir, Él es el Maestro divino que todos deben escuchar, puesto que, al desaparecer las sombras de la ley antigua y las figuras de los Profetas, hay que seguir únicamente la luz resplandeciente del Evangelio “…
Continua el Evangelista; … “Y los discípulos, al oírla, se prosternaron rostro en tierra, poseídos de un temor grande “…Quedaron tendidos en el suelo tan asustados que no podían moverse, y si podían mejor no lo hicieron, estaban temerosos, la prudencia los mantuvo sin levantarse, diría Pedro; … ¿Señor hice algo malo? … Ahondemos lo sucedido, y pongamonos en el lugar que nos corresponde como pecadores; Cada quien sabe sus cuitas de pecados, sabe como han sido esas situaciones, en sus adentros esta lo que se hizo, y eso nos persigue en el pensamiento a todos lados que vamos, y el nerviosismo de lo que se hiso mantienen una alerta, porque alguien puede descubrir el pecado y todo se vendrá en contra, está es una de tantas, pero ¿Por qué no ir arrepentido a suplicar el perdón a Dios confesando el o los pecados al Sacerdote? A quitarse el peso de tanta ignominia, sucederá como fue en los discípulos; Jesús vendrá a tocarte con su gracia, y lo máximo: recibir el Sacramento de la Eucaristía, es como si tuvieras a Jesús como lo fue con los discípulos, al oído de tu alma sus palabras de aliento; …” Mas Jesús se aproximó a ellos, los tocó y les dijo: Levantaos, no tengáis miedo “… Palabras confortantes, apacibles que moverán tu corazón a Jesús con fe y confianza.

Comprendamos, Dios no quiere ni atemorizarnos, ni desalentarnos, como tampoco desanimar, quiere que esos pecados sean un látigo que flagele nuestras espaldas para suplicarle nos aparte de ese flagelo, y venga en nuestra ayuda; … “Y ellos, alzando los ojos, no vieron a nadie más a Jesús solo “….
hefelira@yahoo.com

 

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